Arcadi Espada

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No tiene mérito tenerlo. El mérito depende de circunstancias biológicas y ambientales que nadie controla. Esta es la parte axiomática de la columna, y como tal es inútil discutirla. Ni siquiera que yo la discuta. Pero el mérito existe. En la Academia suele evaluarse del 0 al 10. Su atribución no es por completo objetiva.

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Actualizado Miércoles,16abril2025-18:45Este artículo de Singer me llevó a este podcast, absolutamente impresionante por cien razones. Aquí la transcripción en español.

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La muerte de Mario Vargas Llosa ha traído un sinfín de necrologías: destaca en muchas de ellas la noticia crucial. Va una breve antología. «La última vez que lo vi en la Academia estaba delgado y demacrado; sin embargo, su elegancia, su porte de hombre apuesto, la aureola de saberse quién era sin arrogancia, me quedan en la retina». «Recuerdo a este propósito la última vez que lo vi, en su casa de Madrid, en compañía de mi amigo Héctor Abad Faciolince». «Vi a Mario hace unos pocos meses.

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El 11 de agosto Rafael Sánchez Ferlosio envió al director de una carta de réplica a otra aparecida en el periódico que aludía al supuesto propósito de un artículo reciente de Ferlosio de «desenmascarar» a Vargas Llosa. Y decía la réplica:«Vargas Llosa no tiene por qué ni de qué "ser desenmascarado". Don Mario Vargas Llosa es un hombre honrado, sincero y convencido de sus opiniones, que enseña siempre la cara sin sombra de afeites ni de nada de lo que tenga ni pueda ser desenmascarado».

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Un intelectual es un hombre que se documenta. Lee y contempla el mundo. Aunque no es imprescindible, suele vivir de tal actividad. Así Mario Vargas Llosa, que ha muerto cumpliendo la cláusula autoimpuesta de mantenerse vivo hasta el final. El resultado de sus investigaciones se manifestó en dos quehaceres: la ficción y el periodismo, que al revés de aquella errada, maruja en la cocina, puta en las fiestas y dama en la cama, nunca confundió. Practicaba también un subgénero, que era el de hablar.