-
4 days ago |
laregion.es | Carlos Risco
Auria es un organismo doble. Como todas las ciudades históricas, sucede en dos escenarios paralelos. Uno es el casco viejo, que es la ciudad moral. El otro es el horror: las costuras por donde se ha ido expandiendo la cosa urbana, los barrios de aluvión para la llegada de campesinos alfabetizados, los vivideros torpes y baratos, los intentos de nuevos barrios.
-
1 week ago |
laregion.es | Carlos Risco
1 Los pantalones cortos. El gran horror del estío es tener que contemplar las carnes de los otros, embutidas en ropas de mal gusto, con lorzas colgantes, tatuajes ridículos (todo tatuaje es ridículo) y pieles que estarían mejor cubiertas. La gran vulgaridad es enseñar las piernas, como esta moda de las bermudas, que uniforma a los hombres de ridículo y colegial. Terrible. 2 Ir a la playa.
-
1 week ago |
laregion.es | Carlos Risco
Un jardín es el último refugio de los dioses y también de los hombres. Un lugar donde reencontrarse con las plantas, con las aguas, con los animales, es decir, con el gran milagro de la vida. Entrar en un jardín es participar de lo insólito, intuir el misterio del universo entre los árboles, y no entre cosas que comprar. Imagino que una trascendencia así buscaban quienes fundaron hace siglo y medio el Jardín del Posío, en una Auria entonces pequeña y sin tráfico.
-
2 weeks ago |
laregion.es | Carlos Risco
Newsletters La Región Apúntate a las que más te interesen y recíbelas de manera gratuita en tu correo electrónico Descúbrelas
-
2 weeks ago |
laregion.es | Carlos Risco
Una ciudad periférica es una hermosa imagen de la vida. Desde los márgenes se distinguen mejor los mecanismos de los hombres y, en la cosa provinciana y circular se revelan nuestros comportamientos recurrentes, las celebraciones, las naderías y el relevo sucesivo de sus vecinos. En este enjambre doméstico crecemos y envejecemos mirándonos los unos a los otros, sabiendo quien se reproduce, quien enferma, quien muere. Todo es compartido.
-
3 weeks ago |
laregion.es | Carlos Risco
1 Condenar a inocentes. En estas ciudades de coches, donde el calor se alía con el hormigón, necesitamos árboles grandes y sabios. Árboles para pagar todos los pecados civilizatorios de los hombres. Talar ejemplares viejos y no fundar bosques nuevos es perpetuar el desierto y acelerar el apocalipsis. 2 Lugares de ruidos. Donde el jardinero, el más sagrado de los oficios, se ha convertido en un operario robótico que maneja aparatos infernales. 3 Especies bobas.
-
3 weeks ago |
laregion.es | Carlos Risco
Vivir es una despedida constante. Uno se despide de amores, de amigos, de ciudades, de casas en las que fue feliz. Pasado un tiempito en esto de existir, cualquiera va sintiendo lo que antes escuchaba a los mayores: negocios cerrados que otros conocieron y uno siempre querría haber sabido cómo eran, plazas que ya no están, edificios maravillosos que derrumbó algún lumbreras.
-
4 weeks ago |
laregion.es | Carlos Risco
Hemos colgado la casa de pájaros de la misma rama del mismo árbol después de limpiar el nido anterior. Ver entrar y salir a la pareja inquilina recién multiplicada es la gran magia que mueve el mundo. Cuando la oropéndola. Ese pájaro esquivo es el aviso del verano. Su canto suena como el gluglú del agua: unas notas que tranquilizan el nervio y recuerdan que todo está bien. A veces la veo cruzar desde la ventana en el bosque de atrás como un destello de oro.
-
1 month ago |
laregion.es | Carlos Risco
Todo paisaje recuerda. Recuerda que hay otro paisaje por debajo del que vemos en superficie. Ese, el de adentro, es más íntimo y real, porque no esta profanado con las luces y las máquinas de los hombres, que van haciendo del planeta cantera, vertedero y desierto en un mismo gesto. Los lugares conocen lo que han sido y, como también sucede a los humanos, que somos criaturas parecidas pero declinados de otra forma, lo evocan para consolarse y no olvidar quiénes son.
-
1 month ago |
laregion.es | Carlos Risco
Todo paisaje recuerda. Recuerda que hay otro paisaje por debajo del que vemos en superficie. Ese, el de adentro, es más íntimo y real, porque no esta profanado con las luces y las máquinas de los hombres, que van haciendo del planeta cantera, vertedero y desierto en un mismo gesto. Los lugares conocen lo que han sido y, como también sucede a los humanos, que somos criaturas parecidas pero declinados de otra forma, lo evocan para consolarse y no olvidar quiénes son.