Ernesto Cortés

1 week ago | eltiempo.com | Ernesto Cortés

Está bien que la Secretaría de Gobierno convoque a los ciudadanos para que opinen sobre unificar o no el horario de rumba en Bogotá. Esto es, extenderlo de 3 a. m. a 5 a. m. Dice el gobierno que ello permitirá mejorar la estrategia de seguridad, garantizar transporte público a los rumberos y controlar ‘amanecederos’ y fiestas clandestinas. (Si le interesa, lo invitamos a leer: Voy y vuelvo | Entre la verdad y el populismo)Cuando era joven, no recuerdo medidas similares.

3 weeks ago | eltiempo.com | Ernesto Cortés

Qué lejos están los tiempos en que la Semana Santa era motivo para la reflexión. No solo de los acontecimientos bíblicos, que siempre son buenos de recordar, sino de nuestra propia reflexión acerca de lo que nos pasa como seres humanos y como sociedad. (Más: Voy y vuelvo | Lecciones de una travesía en bici). En todos los tonos y desde distintas orillas, se ha pedido un mayor entendimiento y una sana comprensión del Gobierno Nacional sobre los asuntos que atañen a nuestra ciudad.

1 month ago | eltiempo.com | Ernesto Cortés

La enrevesada ‘Travesía ciclística Bogotá-Villavicencio’, planeada para el viernes pasado como parte de las celebraciones por los 185 años de la ciudad de Villavicencio, reflejó en buena medida lo que somos como país: mala planificación, falta de requisitos, órdenes y contraórdenes, choque entre entidades, desorden, política y matonería.

1 month ago | eltiempo.com | Ernesto Cortés

Hace unos meses, un magistrado de las altas cortes me contó esta historia. Iba caminando con su esposa por el norte de Bogotá cuando se acercaron un par de ladrones que los amenazaron para robarle el reloj que él portaba. No era un Rolex, para ir aclarando, era otra marca, también de cierto prestigio. Pero en todo caso no era un Rolex. Una vez cometido el hecho, el magistrado puso la respectiva denuncia, se iniciaron las investigaciones y a los pocos días el delincuente cayó.

1 month ago | eltiempo.com | Ernesto Cortés

Hace muchos años había cuatro verdaderas autoridades en nuestra comunidad: el cura, el maestro, el médico y el policía. Eran los principales referentes para nuestros padres. No solo se los respetaba y admiraba, sino que, incluso, se les temía. No sé si hoy siga siendo igual. A juzgar por los hechos tozudos que vemos a diario, a estas autoridades se las maltrata más de lo que se las admira.