Luis Martinez

6 days ago | elmundo.es | Luis Martinez

Lo extraño, lo anómalo, lo que no sigue la regla es, por definición, inquietante. Está en su ser el desestabilizar y el hacer dudar hasta el mismo miedo. Pero, a su vez, es una puerta abierta a la correcta comprensión de lo bello. La belleza surge cuando lo corriente, lo dado, es sorprendido por lo impredecible, lo extraordinario, lo único. Y lo anómalo. Avelina Prat es sin duda la más brillante y hasta necesaria anomalía de eso que el tiempo ha dado en llamar cine español.

6 days ago | elmundo.es | Luis Martinez

Carla Simón está en Barcelona. Más concretamente, en el barrio del Eixample, en la sede del estudio donde afina el sonido de su película. Oliver Laxe, en Lugo. Más concretamente, en Vilela, un lugar verde y claro de la parroquia de Son, en el concejo de Navia de Suarna, en la comarca de los Ancares, en el mundo probablemente. El segundo, además, está algo fastidiado.

6 days ago | elmundo.es | Luis Martinez

A estas alturas se antoja muy complicado confeccionar un apocalipsis en la pantalla que no palidezca ante el que vivimos un día sí y otro también a pie de catenaria. Aquello de que la ciencia-ficción es una metáfora de la realidad es ahora mismo, como poco, una afirmación arriesgada. Paul W.S. Anderson no parece estar de acuerdo. E insiste.

6 days ago | elmundo.es | Luis Martinez

Si Milena Busquets, como dicen sus exégetas más conspicuos, es la reencarnación en Cadaqués de Françoise Sagan, lo que no es la película que adapta su novela es nada parecido a lo que hicieron Otto Preminger y Jean Seberg con Buenos días, tristeza. También esto pasará es una película tan meritoria como fallida, tan atenta a lo que cuenta la letra impresa como despreocupada por lo que dice (lo que de verdad dice) cada una de sus palabras.

6 days ago | elmundo.es | Luis Martinez

Hasta donde sabe la civilización, la justicia no se ocupa tanto de la verdad como de las condiciones de su posibilidad. No se trata de saber si alguien mató a alguien, así en general, sino de si existen las pruebas suficientes para descartar su inocencia. Pocos argumentos tan clásicos y tan modulables en un sentido u otro desde Testigo de cargo (Billy Wilder, 1957) a Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959) pasando por la inquietante y muy reciente Anatomía de una caída, de Justine Triet.