Sara Arguijo

6 days ago | elcorreoweb.es | Sara Arguijo

La primera vez que fui a La Puebla de Cazalla me llamó la atención una señal que da la bienvenida con tres palabras:flamenco, arte y naturaleza. No necesité mucho tiempo para darme cuenta de que el inusual eslogan no responde a ninguna estrategia de marketing -que aborrecerían-, sino a los verdaderos anclajes sobre los que se sostiene este pueblo de la campiña en medio de todo y de la nada.

6 days ago | f.mtr.cool | Sara Arguijo

La primera vez que fui a La Puebla de Cazalla me llamó la atención una señal que da la bienvenida con tres palabras:flamenco, arte y naturaleza. No necesité mucho tiempo para darme cuenta de que el inusual eslogan no responde a ninguna estrategia de marketing -que aborrecerían-, sino a los verdaderos anclajes sobre los que se sostiene este pueblo de la campiña en medio de todo y de la nada.

1 week ago | elcorreoweb.es | Sara Arguijo

Llevo meses escuchando a compañeros, aficionados y curiosos preguntarse y preguntarme cuándo podrán ver en Sevilla los estrenos de artistas flamencos de los que les ha llegado el feedback tras su paso por otros festivales y escenarios del territorio nacional e internacional. La respuesta por mi parte siempre es la misma, ¿dónde?

2 weeks ago | elcorreoweb.es | Sara Arguijo

Leía en una entrevista a la cantaora Marina Heredia en El Mundo que odia oír hablar de flamenquito porque en el tono encuentra el menosprecio hacia un arte que, defendía, “es el más difícil de todos”. “No conozco a ningún músico de otra disciplina que pueda cantar por soleá o seguiriya mientras que los flamencos sí podemos cantar sus cosas. Sin embargo, nadie dice operita ni jazzito”, decía la granaína con su habitual gracia.

3 weeks ago | elcorreoweb.es | Sara Arguijo

Todo es sombra. Para Andrés Marín la creación parte siempre de una pregunta cuya respuesta nunca es concluyente. Por eso, oculta, distorsiona y matiza los blancos y los negros, los dos colores con los que se viste, y empuja al espectador a perder la perspectiva a través de un continuo juego visual que convierte el sobrio escenario en una caja infinita donde las luces engrandecen y empequeñecen su cuerpo. Hasta el agotamiento o el abismo.