Anabel Vazquez

1 month ago | traveler.es | Anabel Vazquez

Un café. Antes de comenzar este paseo solo se permite tomar un café: así lo proclaman sus reglas no escritas. Un café y, si acaso, un par de saludos al sol, con el cuerpo o con las palabras. Eso es todo lo que necesitamos para emprender el mejor paseo de un viaje: ese que damos en ese preciso y precioso momento en el que ya es de día, pero la ciudad aún está en pijama, desperezándose.

1 month ago | traveler.es | Anabel Vazquez

Cuanto antes escribamos “es preciso que todo cambie para que todo siga igual”, mejor. Tarde o temprano lo haremos y, si comenzamos con ella, la más famosa de El Gatopardo, podremos seguir adelante sin esa semiobligación pendiente. Esta sentencia, que conoce hasta quien no ha leído la novela de Lampedusa, tiene muchos significados y uno de ellos es: “al final, ciertas cosas no cambian aunque el mundo lo haga”.

1 month ago | elpais.com | Anabel Vazquez |Alicia Adamczyk

Cómo me voy a relajarOpiniónTexto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datosEs interesante ser testigo de cómo una generación dinamita gestos y hábitos y la máscara es solo uno de ellos, superficial, pero como todo lo superficial, revelador. Nicole Wallace, la protagonista de la portada de este mes, nació en 2002. Ese año, uno de los cosméticos más vendidos fue Diorshow Mascara de Dior.

2 months ago | traveler.es | Anabel Vazquez

Les raisonnables. No es el nombre de una novela revolucionaria francesa ni de una comedia de esas que merecen el sello de “éxito del año”. Es un apartado del menú de la terraza del bar Majorelle de La Mamounia, ese gran hotel que es más que un gran hotel y a la vez es el epítome del gran hotel. Bajo esas dos palabras se agrupan los cócteles sin alcohol. En otros lugares les llaman virgin cocktails, pero ahí, bajo las palmeras, hay siempre un poco más de poesía.

2 months ago | traveler.es | Anabel Vazquez

Hay una lugar en Italia al que no has ido, pero al que dentro de cuatro o cinco minutos querrás ir. Afirmar lo primero es un atrevimiento, porque tú eres una persona espabiladamente viajera y conoces las aldeas de Orense y las del Rajastán; afirmar lo segundo, no. Cuando has pasado unos días recorriendo la Franciacorta (no olvidemos el artículo si queremos parecer locales), desearás volver y, además, con calma.