Víctor Martínez

4 days ago | anaitgames.com | Victor Martinez |Víctor Martínez

⬆️ ¡Atención! Esta temporada, nos puedes ver las caras en la versión de YouTube, donde puedes ver la conversación del podcast en vídeo. ¿Prefieres simplemente escucharnos? ¡Sin problema! Las versiones en audio siguen siendo igual que siempre. br>Esta semana las tres partes del podcast están bien diferenciadas; lo entenderéis al escucharlo. Para la actualidad, hay un par de temas que no podían faltar.

1 week ago | anaitgames.com | Victor Martinez |Víctor Martínez

Confieso que, sobre todo cuando hablamos de ese tipo de juegos que durante un tiempo se conocieron como Doom clones, soy menos romerista que carmackista. En Masters of Doom, el libro de David Kushner sobre los «dos Johns» y cómo Doom y Quake cambiaron el mundo de los videojuegos, hay una cita de John Carmack en la que sentencia que «la historia en un juego es como la historia en una película porno: se espera que esté ahí, pero no es importante».

1 week ago | anaitgames.com | Victor Martinez |Víctor Martínez

⬆️ ¡Atención! Esta temporada, nos puedes ver las caras en la versión de YouTube, donde puedes ver la conversación del podcast en vídeo. ¿Prefieres simplemente escucharnos? ¡Sin problema! Las versiones en audio siguen siendo igual que siempre.

2 weeks ago | anaitgames.com | Victor Martinez |Víctor Martínez

⬆️ ¡Atención! Esta temporada, nos puedes ver las caras en la versión de YouTube, donde puedes ver la conversación del podcast en vídeo. ¿Prefieres simplemente escucharnos? ¡Sin problema! Las versiones en audio siguen siendo igual que siempre. br>Como un asesino de la Hermandad Oscura, al final sí que acabó shadowdropeándose el tan rumoreado remaster de The Elder Scrolls IV: Oblivion, el clásico RPG con el que Bethesda nos masajeó la imaginación de formas inimaginables en el lejano año 2006.

3 weeks ago | anaitgames.com | Victor Martinez |Víctor Martínez

Terranigma empieza en una ciudad llamada Krista. Allí vive Ark, un chaval sin oficio ni beneficio que un día, metiendo las narices donde no le llaman (por presión social, en parte, y por simple curiosidad, también), abre la Caja de Pandora, que el Anciano del pueblo mantenía guardada a buen recaudo tras una puerta que estaba siempre cerrada.